En temporada alta todos queremos el hotel lleno, pero seamos honestos: más huéspedes también significa más presión para tu operación. Un aire acondicionado que falla, huele mal o no enfría es de lo primero que dispara quejas en recepción… y lo peor, comentarios negativos en línea.
Como dice el dicho: “más vale prevenir que lamentar”. Por eso aquí tienes un checklist práctico para que tu equipo mantenga los aires acondicionados listos para la batalla, sin frenar la operación y sin gastar de más.
Filtros: la primera línea de defensa
Un filtro sucio es como un tapabocas lleno de polvo: ni deja respirar ni cumple su función. En temporada alta, donde los equipos trabajan al máximo, revisarlos no es opcional.
👉 Qué hacer:
- Lávalos con agua y detergente suave una vez a la semana.
- Si estás en zona costera o húmeda, súbele el ritmo a dos veces por semana.
Un filtro limpio mantiene el aire fresco, evita olores y hasta ayuda a que el compresor consuma menos energía.
Serpentines: donde empieza el problema invisible
El serpentín es el corazón del aire acondicionado. Pero si se llena de grasa y polvo, se convierte en guardería de bacterias y hongos. Y ahí nacen esos olores que los huéspedes notan de inmediato.
👉 Qué hacer:
- Usa limpiadores alcalinos especializados para serpentines (como el de Dipromax).
- Nunca uses cloro ni productos domésticos; acaban dañando el aluminio.
- Programa su limpieza cada mes, o cada 3 semanas en temporada alta.
¿El resultado? Aire más fresco, menos consumo eléctrico y cero quejas por olores raros.
Charolas de condensado: pequeñas, pero causan grandes problemas
Un charco en la charola de condensado es terreno perfecto para moho y bacterias. Ese olor a “humedad vieja” que llega a las habitaciones suele empezar aquí.
👉 Qué hacer:
- Verifica drenajes cada semana.
- Coloca pastillas neutralizantes de olores para mantener todo bajo control.
Rejillas y ductos: lo que el cliente sí ve
Puedes tener todo el sistema en orden, pero si la rejilla está negra de polvo, el cliente lo interpreta como “el hotel no limpia”.
👉 Qué hacer:
- Limpia rejillas con desinfectante neutro una vez al mes.
- Programa limpieza profunda de ductos dos veces al año.
Es como pulir la vitrina: tal vez no cambie el interior, pero sí la percepción.
Sanitización: el escudo invisible
Más allá de la limpieza visual, la sanitización evita que hongos y bacterias vuelvan a aparecer. Es la jugada maestra antes y después de temporada alta.
👉 Qué hacer:
- Agenda sanitización profesional dos veces al año.
- Usa productos diseñados para humedad y HVAC, no improvises.
Conclusión
En temporada alta, tus equipos de aire acondicionado no tienen descanso. Y si no les das mantenimiento preventivo, los problemas aparecen justo en el peor momento.
Confía en Dipromax para elevar tu operación. Con limpiadores alcalinos, pastillas neutralizantes y sanitizantes diseñados para UMAs y minisplits, puedes mantener tus sistemas en forma, evitar quejas y reducir consumos. Ahorra tiempo, dinero y estrés con soluciones probadas con nuestros productos de mantenimiento de aires acondicionados.